En ese sentido, previo a decretos que el Gobierno Nacional emitió, el Gobierno de Maldonado dispuso un batería de ayuda solidaria, multiplicando lo que ya se venía realizando desde el comienzo del período con más del 30% del Presupuesto destinado a inversión social.

Maldonado Solidario:

Esto se resume en la entrega, por parte de la IDM de 50.836 canastas entre marzo y agosto, 479.534 viandas, un vale de 500 pesos complementario a las canastas desde setiembre y colaboración mensual a más de 21 merenderos.

Por otra parte también en los fríos días de invierno el Maldonado Solidario mostró su rostro desde la Administración, atendiendo a las personas en situación de calle. En un trabajo conjunto con la Policía y el Mides se dio solución transitoria a más de 100 personas que estaban en situación de calle y se abrió un nuevo refugio para más de 50 personas.

También facilitamos durante varios días las instalaciones del Campus para alojar y alimentar a los más necesitados, coordinando con el Ejército y la Fuerza Aérea camas en otras dependencias y traslados para ello.

En lo que tiene que ver con el trabajo, el programa Jornales Solidarios, hijo de la crisis del año 2000, que fue cuando nació, en el primer Gobierno de Enrique Antía, creció año tras año y en su segunda administración fue una solución inmediata con contrapartida para cientos de familia.

Este 2020, en plena pandemia, al número previsto de 500 se agregaron más de 800, incluso con cupo para personas con discapacidad, fruto estos últimos de haber enviado a la Junta Departamental una solicitud de crédito COVID 19 para poder paliar la situación de nuestra gente en momentos complejos.

Gracias a su aprobación y vigilancia por parte de una comisión especial, sumado lo previsto para el año, hay más de 1300 personas que hoy tienen una solución inmediata, no asistencialismo, sino sustento que se ganan recuperando la dignidad del trabajo.

En el Maldonado Solidario también se cuantifican las becas destinadas a estudiantes de carreras de nivel terciario, más de 730 este año.

Hemos apoyado a ASSE durante la pandemia disponiendo colaboración con visitas domiciliarias y personal durante el pico más alto de la emergencia sanitaria.

Mantuvimos los subsidios a las empresas de transporte en el marco de un régimen excepcional y transitorio ante la baja de usuarios por la pandemia.

Trabajamos en conjunto con el MIDES, algo que nunca había sido así estos años pero que ahora permite coordinar políticas cuyo único fin son mejorar la calidad de vida de nuestra gente.

Alivio fiscal

En toda situación de emergencia está lo urgente y lo complementario. Lo urgente era solucionar la ayuda y el trabajo, pero también encontrar alternativas para aquellos que se vieron afectados en sus emprendimientos.

Por eso suspendimos los ajustes de tasas para los distintos servicios que brinda la IDM, aprobamos excepciones para los contribuyentes para el pago de patentes que no circularan entre mayo y setiembre, apoyando así rentadoras de autos o servicios turísticos.

Planteamos soluciones ante el Congreso de Intendentes para prorrogar los vencimientos de los convenios que habían caído y esperamos a nuestra gente, que había caído en dificultad de pago en convenios, servicios de necrópolis, cuotas de vivienda de interés social y diferimos el pago de tributos.

Pero también prorrogamos vencimientos de carné de manipulación de alimentos, permisos únicos de conducir, suspendimos la realización de exámenes prácticos para cuidar a nuestra gente, establecimos condiciones para el inicio de trámites de permisos de construcción, fraccionamientos y propiedades horizontales, entre otros.

No conformes con todo esto, enviamos también para aprobación de la Junta la adecuación de incentivos para la hotelería, regularización de adeudos tributarios, adecuación de tasa de contralor de higiene ambiental, otorgando estímulos fiscales para promover el empleo, otro de nuestros desvelos para los próximos años después de todo lo realizado.

En este punto vale recordar las exoneraciones para la construcción que hoy permiten que más de 3500 personas tengan un sustento gracias al retorno del trabajo comprometido estos 5 años.

La salud ante todo:

Previo a los decretos que emitio el Gobierno Nacional, dispusimos que las personas en situación de riesgo no concurrieran a trabajar y autorizamos el teletrabajo porque la salud es un bien sagrado que no podíamos poner en juego.

Cerramos parques, plazas y playas para evitar la aglomeración de gente. Desinfectamos a diario las terminales de ómnibus, paradas, nuestros inspectores entregaron tapabocas y prohibimos todo tipo de encuentros.

Una vez que las perillas se empezaron a abrir lentamiente, pero con la conciencia de que somos un departamento turístico y que hay mucho en juego, fuimos estableciendo protocolos para locales gastronómicos y somos los primeros en el interior en autorizar en locales puntuales música en vivo, cumpliendo con los protocolos.

Los fines de semana hemos estado con el cuerpo inspectivo en las calles, siendo custodios de la libertad responsable y elaboramos piezas publicitarias para quedarse en casa en turismo, la noche de la nostalgia y la violencia contra niños, mujeres y abuelos en tiempos de aislamiento social. 

Finalmente también en plena pandemia hemos logrado acuerdos y avances en materia de negociación colectiva con el sindicato.

Siempre en un ámbito bipartito adoptamos medidas para el beneficios y protección de todos los funcionarios.

En tiempos de pandemia, también hemos estado a tu lado, mano a mano, Construyendo Futuro.