“Me sentía vacío por dentro y la única forma de estar bien era seguir consumiendo. Nada me importaba más que la droga; perdí amigos y parte de mi familia pero lo peor fue perderme a mí mismo. Consumí distintas drogas y alcohol; mi aspecto cambió, también mi forma de ser, no tenía sueños, esperanzas ni aspiraciones”, recuerda Martín.

Ésta es una de las muchas historias personales que llegan, a diario, hasta el Área de Políticas de Adicciones de la Intendencia de Maldonado. Un servicio abierto a los habitantes del departamento, que funciona todos los días del año, y que aborda distintas situaciones de consumo problemáticos de sustancias, incluido el alcohol.

La oficina principal se encuentra en el Campus de Maldonado, con acceso por la calle 3 de Febrero (Tribuna Norte). Allí un equipo integrado por tres psicólogos, dos pasantes de Psicología y una operadora terapéutica especializada en familia, recibe las consultas y efectúa las derivaciones correspondientes. Para prestar atención de manera descentralizada, existen grupos de rescate que funcionan en policlínicas del departamento y centros de escucha para atender consultas de vecinos. Además, la IDM mantiene diversos convenios con otras instituciones que complementan el servicio. Pero esto no es todo: el Área de Adicciones brinda una serie de talleres en centros educativos y en empresas privadas; también trabaja con reclusos de Las Rosas y sus familiares.

“Enfrentar el problema obliga a transitar un camino duro. Es un proceso largo que implica llanto, angustia y dolor para el involucrado y para su familia; pero es posible salir adelante”, asegura la operadora terapéutica, Elena Umpiérrez.

Acción y prevención

Alcohol, marihuana, cocaína y a son las drogas con mayor prevalencia en Maldonado. También se registra un aumento en el consumo de crak, indican la encargada del Área de Políticas de Adicciones de la Intendencia de Maldonado, Gloria Fuentes y la operadora terapéutica, Elena Umpiérrez.

De acuerdo a datos de esa oficina, el consumo es mayor entre varones y predomina el uso de drogas entre personas de 18 a 35 años, aunque el promedio de edad de inicio es inferior a los 18 años. La mayoría de quienes consumen sustancias no estudia ni trabaja; tampoco completó los estudios secundarios.

Fuentes y Umpiérrez explican que la adicción es una enfermedad, que no se cura pero es posible la recuperación y que el primer paso para resolver el problema es que la persona reconozca su adicción. En ese sentido, Susana De León, madre de un adicto, expresa que “la falta de comunicación en la familia, el exceso de trabajo y demasiada complacencia con Lucas fueron la raíz del problema. Cuando quisimos acordar, prácticamente habíamos perdido a nuestro hijo y teníamos a su ser difícil de reconocer que no estaba nunca en casa y cuando nos veía casi ni nos dirigía la palabra. Mirar para el costado, pensar que eran cosas de adolescente y creer que todo pasaría pronto, solo agravó el problema. Hubo miedo, reproches y mucha angustia hasta que lo aceptamos e iniciamos un camino de recuperación”.

Para brindar atención sobre el consumo problemático de sustancia como alcohol, marihuana, pasta base, cocaína y otras que conducen a situaciones adictivas, la Intendencia de Maldonado desarrolla una estrategia integral en todo el departamento.

En el marco de esa estrategia, desde el Área de Políticas de Adicciones se llevan adelante diferentes líneas de acción. Una de ellas es la atención en su oficina central, de lunes a viernes de 9.15 a 14.45 horas. Allí un equipo multidisciplinario recibe consultas y efectúa derivaciones a centros de atención públicos o privados.

Además, funcionan los centros de escucha que son dispositivos territoriales para el abordaje de consumo problemático de alcohol y sustancias psicoactivas. En ellos, un equipo técnico brinda contención, orientación y derivación a la red formada en el departamento, de acuerdo a cada situación.

También existen los llamados “Grupos R” que están integrados por equipos multidisciplinarios (psicóloga, psiquiatra, operador terapeuta y enfermera) y orientan a los usuarios acerca de los pasos a seguir para comenzar un tratamiento, ya sea con internación o ambulatorio. Para eso, se realizan entrevistas y derivaciones dependiendo de cada situación. Es conveniente que las personas que se acercan a estos grupos, concurran a la entrevista con un acompañante, familiar o referente, quien será informado sobre el funcionamiento de los grupos y su participación en el proceso. El acompañamiento es fundamental en la terapia porque “siempre, detrás de la adicción, hay un problema familiar”, explica Umpiérrez.

Por otra parte, el gobierno departamental mantiene una serie de convenios con distintas instituciones. Con la Fundación Manantiales tiene un acuerdo para la internación de personas en su sede, ubicada en Montevideo, a cambio de la colocación de publicidad en las playas del departamento. En este caso, la IDM accede a 10 becas y el Área de Adicciones realiza la selección.

Además, varias instituciones públicas tienen convenio con el Centro de Tratamiento de Adicciones de El Jagüel. Entre éstas, se encuentra la Intendencia, que se hace cargo de la mayor parte de los gastos de funcionamiento del centro. En este lugar, el 80% de las personas está en tratamiento por el consumo de pasta base y proviene de entornos complejos, con distintas problemáticas, dice Umpiérrez.

Otro acuerdo es el celebrado con Adeom Maldonado y el Instituto Cuesta Duarte para la atención de funcionarios de la IDM que consiste en brindar apoyo a la persona por un tiempo determinado, mediante un protocolo de ayuda para la recuperación. Esta atención se realiza en coordinación con el centro de salud (mutualista u hospital) que le corresponde al funcionario.

Con las comunidades de vida Beraca, Remar y Operación Rescate, el gobierno departamental también tiene acuerdos. A estas organizaciones son derivadas personas que, por consumo de sustancias, se encuentran en situación de calle, se niegan a recibir tratamiento, presentan diferentes problemáticas o han recaído luego de un tratamiento y no poseen vínculos familiares que colaboren con su recuperación.

El Área de Adicciones de la IDM trabaja en el establecimiento carcelario Las Rosas y mantiene dos grupos: uno con las personas que egresan para su reinserción familiar y sociolaboral; y otro con sus familias o referentes para brindar apoyo y contención. Además, está diseñando un convenio con la Cámara Empresarial de Maldonado para la reinserción laboral de las personas rehabilitadas que incluye el seguimiento, señala la encargada de Políticas de Adicciones de la IDM. “Es posible la rehabilitación y la reinserción social, no hay que estigmatizar”, dice.

Además, junto a la Organización No Gubernamental Amor Exigente, se conformó un grupo de apoyo para la recuperación de familiares de personas con consumo problemático de alcohol y sustancias psicoactivas. “Vienen padres de jóvenes que pasaron por un lento proceso de desajustes en el estudio, en la casa, en el trabajo, en la calle y están llegando a un punto no sustentable. La familia entera se está desestructurando”, explican desde la ONG. Recientemente, se armó un nuevo grupo integrado por quienes finalizaron sus tratamientos o están en la fase de inserción familiar y socio laboral.

En los próximos días, la IDM proyecta firmar un nuevo acuerdo con la Junta Nacional de Drogas para sensibilización en el consumo de alcohol, a través de una campaña que incluirá bares, boliches, pubs, comercios y estaciones de servicios. “La idea es apuntar a la venta responsable de bebidas alcohólicas, especialmente durante el verano”, indica Fuentes.

“Toda droga hace mal”

Desde el Área de Adicciones de la IDM también se brindan talleres en centros educativos públicos y privados del departamento, así como en empresas privadas y con participantes del programa Uruguay Clasifica.

Algunos talleres se hacen en coordinación con Policía Comunitaria y apuntan a la reducción de riesgos y a informar sobre la red de atención disponible en el departamento. Mientras que otros están orientados a la prevención y son para docentes, referentes, estudiantes y sus familias. En algunos centros se fabrican títeres y se crea una historia que muestra distintas problemáticas y permiten abordar el tema.

“Empezamos hablando de la sociedad de consumo y de la carrera por tener el mejor celular o determinada marca de championes, de que los valores importantes son otros y de que toda droga hace mal”, explica Umpiérrez.

Añade la operadora terapéutica que con las familias es vital hablar de los vínculos, de los errores frecuentes que los padres cometen sin darse cuenta y del riesgo de no establecer límites.

“A veces se busca la solución en instituciones. La familia tiene que sumir su responsabilidad, reflexionar y entender que no se puede dar marcha atrás en las decisiones. Poner límites es fundamental”, afirma la operadora terapéutica de la IDM.

Centros de Escucha

Oficina Adicciones - Campus de Maldonado: Lunes a Viernes, de 09.15 a 14.45 hs.

La Capuera - Centro Comunal: Martes (c/15 días) 11 a 13 horas.

Bº Sarubbi (Grupo R) Policlínica: Martes 14 a 16 horas.

Cerro Pelado - Salón Multiuso: Miércoles 10 a 14 horas.

Kennedy - Centro Comunal: Miércoles (c/15 días) 14 a 16 horas.

Hipódromo - Comunal y Policlínica: Jueves 10 a 13 horas.

Barrio Sur (San Carlos - Grupo R) Policlínica: Jueves 16 a 18.30 horas.

Pan de Azúcar - Municipio: Martes de 11 a 13 horas.

Grupos de rescate

Hospital de Maldonado: jueves, de 10 a 12 horas.

Policlínica Sarubbi: martes de 14 a 16 horas.

Policlínica del barrio Sur de San Carlos: 16 horas.

Teléfonos de interés

Oficina de Políticas de Adicciones: 4224 0943

Celular disponible las 24 horas, todos los días del año: 099 503 609

Oficina de Políticas de Juventud de IDM: 4222 9887

Correo electrónico para coordinar talleres: adicciones@maldonado.gub.uy

Amor Exigente: 099 816 361.